Alerta, poesía, resistamos…
Entramos a la era tecnotrónica.
Herodes se ha vestido de pragmático,
El Poder nos manipula hasta el cansancio.
Desquiciemos su torpe Cibernética,
arruinemos sus tácticas esdrújulas.
Entra silbando, irrespetuosa,
que salten sus fusibles infernales.
Dibuja camanchacas de abedules,
conjuga bramante el verbo Océano
esparce por pantallas y satélites
de tu canto astillas encarnadas.
Enloquécelos con tu cuerpo vital.
Encarámate en grito, lamento o carcajada.
Rescata las corolas y la melancolía.
Exorciza fantasmas de nardo.
¡Raya murallas, sé consigna del alma!
¡Que no nos tecnifiquen la nostalgia!
Vocifera, es tu deber,
eres la única.
Detrás tuyo se alinea la esperanza.
Incrépalos, amiga, no nos falles.
En raigambre mestiza usa mil nombres.
Proclama a la América asediada
Sumérgete en sus fiordos invencibles,
Recórrela cantando,
Rodea su cintura de permanentes aguas,
Despierta los pregones de la pampa.
¡Cura su dolor absoluto y altiplano!
¡Únete a su voz, sé solidaria!
¡Sé valle, macumba y Pachamama!
Desconciértalos, poesía,
resistamos…
¡Inventemos el día indispensable!
Hernán Narbona Véliz, Eroscidio, amática contra el desamor, 1989.
Alerta, poesía, resistamos…
Entramos a la era tecnotrónica.
Herodes se ha vestido de pragmático,
El Poder nos manipula hasta el cansancio.
Desquiciemos su torpe Cibernética,
arruinemos sus tácticas esdrújulas.
Entra silbando, irrespetuosa,
que salten sus fusibles infernales.
Dibuja camanchacas de abedules,
conjuga bramante el verbo Océano
esparce por pantallas y satélites
de tu canto astillas encarnadas.
Enloquécelos con tu cuerpo vital.
Encarámate en grito, lamento o carcajada.
Rescata las corolas y la melancolía.
Exorciza fantasmas de nardo.
¡Raya murallas, sé consigna del alma!
¡Que no nos tecnifiquen la nostalgia!
Vocifera, es tu deber,
eres la única.
Detrás tuyo se alinea la esperanza.
Incrépalos, amiga, no nos falles.
En raigambre mestiza usa mil nombres.
Proclama a la América asediada
Sumérgete en sus fiordos invencibles,
Recórrela cantando,
Rodea su cintura de permanentes aguas,
Despierta los pregones de la pampa.
¡Cura su dolor absoluto y altiplano!
¡Únete a su voz, sé solidaria!
¡Sé valle, macumba y Pachamama!
Desconciértalos, poesía,
resistamos…
¡Inventemos el día indispensable!
Hernán Narbona Véliz, Eroscidio, amática contra el desamor, 1989.
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