AD VITAM
Hernán León Velasco - México
Cuando recuerdas otros tiempos
y piensas que has vivido todas las edades
y en los caminos de la vida
has forjado los pasos que llevas en tu sangre
y todos los días diste algo de ti al mundo
repartiendo las risas del alma
con la certeza de que el amor existe
Y después de que el destino te enseñó
con la dureza de lo fúnebre
y el llanto de la intemperie
que eso no basta para derribarte,
para hacerte mil pedazos
y terminar con todo tu futuro
Y a pesar de ello,
crees que ha de brotar entre las rocas
el torrente que hará florecer a los desiertos.
Y si aun así, olvidando las caídas
recuerdas con ternura los minutos del silencio
cuando transitan impasibles, las estrellas en el cierzo.
Y si con todo lo sufrido
no cancelaste los caminos, aún del mismo infierno
ni los temores de la duda destruyeron tu entusiasmo
ni acabaron con tus sueños, ni enterraron a tus huesos.
Y sientes que valió la pena
avanzar a pesar de los tropiezos
a pesar de la aridez de algunos años
a pesar de la oscuridad de algunas horas
y sigues con ello así de terco
así de feliz para seguir sembrando
rosas en cada piedra
y cantos en cada día
y por fin has logrado luchar
y levantarte por el amor a la victoria.
Entonces, mereces que resurja en ti
el canto vital del todo por entero
para seguir buscando una semilla
un tambor que fragüe el retumbar del pecho
un himno que redoble su triunfante marcha
para todos los que aman como tú,
el esplendor que tiene la esperanza.
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