Sobre verdes quillayes
Y tus antiguos templos
¡ que algún bueno bendijo ¡
En los quehaceres del tiempo
<< nace mi Valparaíso >>
Descendiendo hacia el eterno mar
Por reales y sinuosas escaleras
Bajo el cielo celeste infinito
Con fragante aroma a primavera.
Casas colgando de tus cerros
Como flores del jardín del Edén
Con el serpenteo del “camino cintura”
Con su gente buena, altiva y de bien.
Es un incontable hechizo
Con tu hermosa arquitectura
Eso eres y serás Valparaíso
Un espejismo y una postal
Un relato de un cuento
Una ciudad-puerto, inmortal.
Amalgamada al bravío mar
De callejuelas y ascensores
Con imponentes miradores
Alguien te bautizo e hizo
No hay otro, Valparaíso
Glorioso puerto de pescadores.
Enclavada en el extremo sur
De la América morena
Tu voz se escucha y es universal
De un Chile largo y alto
O tal vez, un montón de mineral.
Famosa por tus frutas
Sus mujeres y, su inmenso mar
Richard E. Vergara Bravo
Octubre 2010.-
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