sábado, 19 de febrero de 2011

Una oración por la Madre Tierra

Desde Valparaíso, 19 de febrero de 2011.

Cuando las musas te aprietan el corazón, fluye gota a gota, como rito de la tierra, como ordeña del vino generoso, la poesía. Olorosa a madreselva, a eucaliptus, a reseca meseta andina, esa poesía se prende a tus ojos y se desliza por los cerros de colores estampando un compromiso de amor con esas serranías casi exclusivas.

Cuando miro el mundo desde las alturas andinas, se me encumbra la historia del hombre, la visión me inunda trayendo las sanguijuelas de la historia, con los arpones de navegantes intuitivos que supieron leer estrellas, con los dogmas ingenuos de indios dominados por jaurías de hombres forrados de hierro, movidos por la ambición del oro, esparciendo mentiras, traiciones, golpes arteros, crucificciones, degüellos o empalamientos, para predicar su amor, para civilizar, para proteger al desvalido.

Mientras los galeones se llenaban de oro, la dignidad de la tierra madre fenecía, era pisoteada sin clemencia. Y los ciclos del odio, la codicia, se perpetuaron en la tierra y los pueblos precolombinos desaparecieron demolidos por la ambición de la conquista.

En medio de esa ola de oprobio y vasallaje, en hipócrita esclavitud, los encomenderos amasaron sus fortunas, surgieron sus mansiones, la tierra fue usurpada por leguleyos serviles que recibían su paga en sangre y oro sucio.

Así, la historia se me viene a los ojos cuando estoy a los pies de los glaciares, apreciando la repetición de nuevas invasiones, más agresivas, más depredadoras, reflotando la alianza maldita del dinero y la muerte.

Hinco mi rodilla junto a la Laguna Verde o el Salar de Las Parinas y elevo una oración desesperada por esta bendita tierra, custodiada por cóndores, plañidera de un viento eterno que barre los paisajes y dibuja fantasías en los cerros de arena.

Rezo al Dios infinito para que evite el despojo, nos dé fuerzas para cuidar este tesoro y recuperar los pulmones de la madre tierra para que puedan respirar los nietos de mis nietos, en la libertad indestructible de vivir en sintonía cósmica.
__________________
Valparaíso, 19 febrero 2011.

Posted by Picasa

No hay comentarios:

Publicar un comentario